sábado, 12 de mayo de 2012

Un dia en la vida de un Holder


Ahora, con la llegada del internet, a todos nosotros los Holders se les da oportunidad de postear instrucciones de cómo ponerle las manos a nuestros objetos. He estado viendo algunas de sus reacciones en las publicaciones de otros Holders, y déjenme decirles: ¡son todos una bola de llorones! Ustedes buscadores podrán creer que la tienen difícil, con toda la mutilación y las jodidas de mente y eso, pero nosotros los Holders lo tenemos mucho, mucho más complicado. Tómenme como ejemplo:

Estoy escribiendo esto desde una institución de salud mental. ¿Por qué tenía que ser una institución de salud mental? ¡Estoy perfectamente sano! Si era un ambiente espeluznante el que querían, yo hubiera preferido una aislada, abandonada mansión o castillo en el medio de la nada. Pero no, el Omnipotente Autor decidió que una institución de salud mental sería el simbolismo perfecto para la pérdida de cordura, que describen como “el tema principal de la historia en la travesía de un buscador”, y eso implicaba encerrarme en este pequeño y olvidado cuarto que sólo buscadores se dignan a visitar.
No sería un problema si tuviera a alguien con quien hablar, ¡pero no pudieron ni concederme eso! No, decidieron hacer mi cuarto tan difícil de alcanzar como fuera posible. Trastornaron la leyes de la física de tal manera que todos los que quisieran visitarme quedaran exhaustos para cuando él o ella llegaran a mi puerta. Esa no es una exageración, es en serio el requisito: los complejos hechizos que conjuraron en este lugar olvidado por Dios hicieron de la distancia entre la entrada de la institución y mi celda una variable directamente proporcional al aguante del buscador. Cuando mis visitantes llegan aquí, están demasiado cansados para hablar, y estoy obligado a matarlos por no hacer la bendita pregunta a tiempo gracias a mi juramento de Holder.
Pero claro, eso asumiendo que mi buscador logre llegar a verme. Verán, todos esos conjuros que tomaron lugar cuando la institución fue construida atrajeron a tanto tipo de demonios y bestias infernales como hay, que ahora merodean los pasillos buscando comida. Y bueno, sí tienen ciertos puntos débiles; creo que eran algo como “no ser capaces de sentirte si mantienes tu aliento todo el camino”, pero por favor, ¿cómo demonios se supones que descubrirán eso? Ignorando el hecho de que la mayoría de las personas no pueden llegar tan lejos sin respirar. Puedo apostar que 8 de cada 10 visitantes ni saben que hay bestias infernales en lo absoluto, especialmente porque deben de tener sus ojos cerrados todo el trayecto.
Ah sí, ¿no mencioné eso, verdad? Las paredes de esta institución están cubiertas de pinturas que destruyen tu sanidad si tan sólo les ves de reojo, entonces tienes que cerrarlos todo el camino hasta aquí. Pueden estar pensando: “¡Eso sólo prueba que las cosas son más difíciles para nosotros!” Pero están equivocados. Las pinturas y bestias infernales no sólo les impiden llegar hasta mí, ¡me hacen imposible salir de aquí! ¡No puedo andar por ese imposiblemente largo pasillo con más facilidad que ustedes!
¡No! Estoy atrapado aquí en mi celda por la eternidad, justo al lado de la celda de alguien que simplemente no cierra la boca. Ni tan siquiera me habla a mí, porque apreciaría cualquier forma de conversación en este punto. Sólo está continuamente cantando unas terribles tonadas en sumerio antiguo las 24 horas del día, siete días a la semana. Cuando sí deja de cantar, es porque se va a matar unos pobres, confiados buscadores por una tarada razón como pararse en la baldosa incorrecta en el camino aquí, así privándome de conversación más y más.
En los últimos ocho años, he tenido exactamente una persona que alcanzó mi guarida con suficiente aliento en él para hacer la pregunta. Estaba tan encantado que pasé por horas hablándole sobre mi objeto y los buscadores previos a él que han fallado la tarea, y acerca de profundos y metafísicos conceptos relacionados con mi objeto… sólo para descubrir que se había vuelto loco en los primeros diez minutos. Me di cuenta después que el Omnipotente Autor maldijo mi voz para quitarle la sanidad a las personas. Genial, en serio. Eso significa que si alguien quiere llegar a mi objeto y salir con vida, están obligados a ignorarme. Estoy seguro que nada más hicieron eso para molestarme; no puedo pensar en otra razón para ello.
Entonces, eso. Eh… Mi objeto es número… algo de 538. Por favor vengan aquí pronto. De veras quiero compañía.

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